domingo, 12 de junio de 2016

La Pobreza Que No Pueden Negar Ni Esconder.


En nuestros días, escuchamos hablar sobre la "herencia recibida", y entendemos a quienes dan por sentado a éste argumento como la verdad revelada. Los medios hegemónicos, gerenciados por quienes se han instalado en el poder real, repiten y repiten hasta consolidar el discurso en el común de la gente.
Un caso ejemplo es la justificación del tarifazo; la primer premisa falsa es la que dice que "cualquiera que llegara al gobierno", es decir Scioli o Macri, "debía llevar adelante una actualización en las tarifas", porque estaban atrasadas. Mentiras; un gobierno peronista no habría llevado a cabo nunca éste insensible y atróz ajuste, que transfiere el salario de los pobres a las arcas de los empresarios dueños de las empresas distribuidoras de gas, electricidad y agua. Macri lo hace; primero, porque tiene una mirada del Estado como una empresa, y por ende, no importan los pobres con frío, sino que los balances cierren. Segundo, porque ésta Alianza gobernante necesita un 25% de pobres, para debilitar el poder gremial y con eso quebrar la columna vertebral del Movimiento Nacional y Popular. Sólo faltaría algún dirigente con perfil neoperonista que alterne el poder, conduciendo a un "peronismo blanco", para cerrar el círculo.
No es cierto que las empresas concesionarias de los servicios esenciales no invirtieron porque las tarifas eran bajas. Mentiras; las empresas cobraban la tarifa plena, la diferencia con lo que pagábamos los ciudadanos consumidores del servicio era pagada por el Estado Nacional mediante un política de subsidios inclusiva que hacía que los números cerraran, pero con la gente adentro.
Las empresas no invirtieron porque lo que ganaban se lo llevaban, en varios casos, a las cuentas en el exterior de moda por éstos días, o lo transferían a sus casas matrices multinacionales dueñas de bancos creados a tal fin.
Cuando Néstor Kirchner se hizo cargo del gobierno en el 2003, la Argentina tenía un 50% de pobres y un 25% de indigencia, que eran los números de la desocupación nacional en aquel momento.
Un informe publicado hoy demuestra que hacia finales del mandato de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se observaba que el 22% de la población de Capital y Conurbano estaba por debajo de la línea de pobreza, y el 5,9% por debajo de la línea de indigencia.
El estudio realizado por el Instituto Gino Germani y analizado por el Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (Copes) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, también dice que La actualización de los datos hacia fines de abril indicaba un ascenso de la pobreza en ambos conglomerados hacia el 35,5% y la indigencia al 7,7%. Es decir, se ha generado una pobreza reciente en situaciones donde los ingresos no alcanzan para la satisfacción de las necesidades del hogar.
La causa del aumento en la pobreza es, entre otras diversas razones, el incremento en los precios de los alimentos de primera necesidad como carnes y harinas, y el aumento del transporte y los servicios públicos, en especial la luz eléctrica y el gas. Gran parte de los “nuevos” pobres son personas con trabajos eventuales (como changas) que suelen verse afectadas rápidamente en situaciones de cambios en la economía. Un riesgo latente para estos hogares es la posibilidad de caer en la pobreza crónica si las oportunidades de trabajo no les permiten recuperar su capacidad adquisitiva, concluye el informe entre otros datos sobre la situación actual.
En nuestros pueblos, muchos medios de comunicación construyen sus mensajes diarios reproduciendo lo que Clarín y La Nación publican, y entonces terminan siendo funcionales al relato. Sería bueno que los medios, los dirigentes políticos y sociales y hasta los ciudadanos comunes nos tomáramos el tiempo necesario para la lectura de éstos informes realizados por profesionales idóneos, y así no caer en el relato y la mentira, como método de información y debate.

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