martes, 19 de marzo de 2013

En el Peronismo, no hay lugar para individualismos...

 
El Peronismo es una construcción política colectiva desde sus orígenes; su nacimiento se produjo desde el Pueblo mismo, que fué a rescatar a su líder y a darle el honor de conducirlo. Después vino lo formal, las elecciones del '46 y la legitimación de esa voluntad popular.
El espíritu de esa voluntad es lo que Perón plasmó en la Doctrina Peronista, dándole un sentido profundamente cristiano y humanista, rescatando al hombre de lo individual para desarrollarlo colectivamente en una sociedad más justa.
A partir de ésta concepción política que hace al Justicialismo un Movimiento Nacional y Popular, y no, un partido nacional burgués, es que hemos sobrevivido a las persecuciones, las torturas y la muerte. No hubiese sucedido ésto si fuéramos una construcción dependiente de un iluminado que diga ser "peronista", que de hecho los hemos tenido, hasta que ese mismo Pueblo se ha dado cuenta. 
Para ser peronista no alcanza con estampar tu nombre en una boleta electoral; hace falta interpretar al pueblo y hacer realidad sus anhelos colectivos e individuales.
El Gobernador Uribarri, al abrir las deliberaciones del encuentro en Paraná, desarrolló conceptualmente estos principios al mencionar que “no hay lugar para individualismo, no hay lugar para grises, no hay lugar para especulaciones”.
“Éste es un proyecto de construcción colectiva que se juega la suerte colectivamente. O nos va bien a todos, o no le va bien a nadie”, sentenció.
Los analistas encontraron en el gobernador Scioli al destinatario de éstas palabras. Sería bueno entender que los dichos de Uribarri bien podrían ser aplicados a muchos más, y no ser tan "simplistas" al pensar que sólo Scioli debe soportar la indirecta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario