miércoles, 26 de septiembre de 2018

Al Final...Siempre es la Política.


Siempre se dijo, y se dice, “la política es el arte de lo posible”. Y ésta frase, tan rica por cierto, a veces es dilapidada; es “bapuleada” por quienes, no creen en la política como método democrático de la mejora en la vida de las sociedades, o por quienes, detrás de intereses personales y/o sectoriales, no quieren que sea mediante estos métodos.
Así planteado, podemos decir que el año 2003 fué el inicio de un período de tiempo que abrazó a la política como la herramienta del Estado en la busqueda de la movilidad social ascendente; y convocó a jóvenes de nuevo a la participación, y movilizó a los más grandes a volver a empezar con lo que había quedado inconcluso hacía un tiempo.Y todos juntos, volvimos a creer.
Pero también debemos decir que, a partir de diciembre de 2015, la situación dió un giro tal vez inesperado, y volvimos al relato que nos imponen grandes medios de comunicación; “los políticos son todos iguales”; “se robaron todo”; “las fortunas de los políticos”; “tendríamos que echar 300.000 empleados públicos”; “los que paran son los vagos”; “el paro es político”; “la movilización y los reclamos son políticos partidarios”; etc.
Pero a no confundirnos, los medios cumplen el rol que les ha tocado en ésta “empresa” que es mucho más grande y ambisiosa. El común denominador del mensaje mediático, de las medidas de gobierno, y del interés del poder real, es la economía. Es la “disciplina económica” la que ha venido a reemplazar a la “decidia política”. Es el “mejor equipo de los últimos cincuenta años”, los Ceos empresarios, los que han venido a ocupar el lugar de los “políticos corruptos”.
Claro, que a éste subliminal mensaje, le hace falta un maquillaje. Y para hacerlo creible, se inventó una alianza con un partido centenario, ausente en las grandes decisiones, y con sellos gremiales, carentes de toda representatividad. Y esto es muy peligroso, porque atrapa a los dudosos ideológicos y a los serviles trepadores.
Con ello, construyeron una ligera mayoría, que esperaba esperanzada las bondades del nuevo modelo “honesto” y “restaurador” del sistema institucional y democrático.
Nada de todo lo que se ha dicho que se iba hacer, se ha hecho; por qué? Porque nunca se pensó en hacerlo. Porque se llegó al gobierno para hacer otra cosa, que nada tiene que ver con la mejora social de las grandes mayorías, ni con el futuro de la Nación. Esto es, destruir lo Público, ligado a políticas de Estado dirigidas al bien común, y construir un modelo de país enajenado y primitivo, que entregue sus riquezas al imperio empresarial trasnacional, con mano de obra barata y por ende, con un Pueblo empobrecido y hambriento.
No se han dado cuenta de algo importante. Por ésta Argentina pasó y gobernó Perón.
Por ello, nos parece importante no ceder a la embestida capitalista. No dudar de lo que siempre hicimos. La militancia, la charla con los compañeros, el debate con otras ideas distintas, pero con objetivos comunes, es lo que siempre nos unió al pueblo trabajador.
Defendamos en cualquier lugar lo bueno que hemos conseguido. Si tenemos que decir que lo que hacemos es político “partidario”, digámoslo sin miedo, porque es lo que nos identifica de los que no lo han hecho nunca. El Peronismo es eso; decir lo que se piensa, hacer lo que se dice. Nunca bajemos nuestras banderas por quedar prudente con la vecina de la alta sociedad, perteneciente a la clase conservadora típica en nuestras pequeñas y medianas ciudades o pueblos, que se horroriza porque nos detesta. Si tenemos que decir que es partidario, digámoslo, porque lo hicimos nosotros, no lo hicieron los demás; y porque lo que hacemos es política, que a nuestro entender es la herramienta a través de la que generamos y visibilizamos las políticas de Estado hacia el bien común.    

Saúl Sainz
Congresal Provincial P.J.

lunes, 3 de septiembre de 2018

El Ante Peronismo


El país que descubrió en 1945, el por entonces coronel Juan Perón, era regido por gobernantes provenientes de las clases privilegiadas triunfantes en Pavón, batalla que definió una organización centralista, clasista y porteña, por sobre el resto de las provincias argentinas. La posterior organización de la nación aparentemente federal, sólo lo fue en las formas, y significó el triunfo legal de una línea de pensamiento extranjerizante, apátrida y centralista, basada en el poder que daba sobre las demás provincias, el puerto oceánico de Buenos Aires.
Es a partir de allí que se consolida la famosa “grieta” de la que tanto culpan al peronismo por éstos días, y que se había iniciado mucho antes, con la difamación y condena pública de nuestros héroes San Martín, Belgrano, Moreno, y los caudillos federales.
Lo cierto es que Perón encuentra y distingue un pueblo inmerso en la pobreza, sin derechos, esclavo laboral de los terratenientes, y despojado de toda esperanza y futuro; y una Patria a merced de los poderes extranjeros que concentraban la riqueza y se llevaban las ganancias de un modelo agroexportador de producción primaria.
A esto debemos agregar, el método clásico de endeudamiento externo iniciado por Rivadavia, quién fue quien pidió el primer crédito impagable a bancos extranjeros.
No vamos a detallar la obra de Perón y Evita desde 1945 hasta el golpe apátrida del 55. Todos conocemos la extraordinaria labor que significó asignar derechos laborales, sociales, y de dignidad a los trabajadores, y la clarísima propuesta de industrialización nacional y de generación de soberanía política, con la devolución al pueblo argentino de las empresas generadoras de servicios públicos hasta entonces en manos de capitales trasnacionales.
Las posteriores dictaduras y algunos gobiernos "democráticos", se encargaron de volver a aquel país añorado por mil familias gorilas y colonizantes que, hasta hoy día, existen en Argentina. Sólo el breve tercer período presidencial de Perón reintentó retomar la senda de la libertad económica y la justicia social, pero no alcanzó para consolidar la felicidad del Pueblo. Y volvieron ellos con más odio que nunca, para hacer desaparecer todo vestigio de Peronismo.
No lo lograron, y la expresión más clara del movimiento nacional y popular más grande de latinoamérica, volvió en 2003 con Néstor Kirchner y Cristina Kirchner por doce años, que podríamos llamarlos los restauradores de los derechos y la dignidad perdida.
Hoy, la Patria está reeditando momentos ya vividos. Insertidumbre, angustia, desesperanza, miedo, etc. invaden nuevamente las almas del Pueblo indefenso.
Es fácil entenderlo; volvió el modelo agroexportador, la desindustrialización nacional, la destrucción del aparato productivo, el desempleo, la precarización laboral, los despidos, la quita de derechos, y mucho que queda por venir.
Volvieron al poder las mil familias; los especuladores; la timba financiera; los detractores de la salud, la educación y el trabajo; los represores de la dignidad; los eternos endeudadores.
Volvieron los Rivadavia, los Mitre, los Sarmiento, etc. ect. Es fácil entenderlo, volvió el Ante Peronismo.
Saúl Sainz
Congresal Provincial PJ Rauch