jueves, 1 de agosto de 2013

La Historia Cambió. Algunos se resisten a pensarlo.



 La llegada de Néstor Kirchner en el 2003 no significó un simple traspaso de mando del poder. Con él, comenzó una era de transformación de la Patria, no solo en los aspectos institucionales, destruidos por décadas y volados por el aire en el 2001, sino fundamentalmente en el cambio de paradigmas debidamente hechos carne en los argentinos por el imperio liberal.
Hasta allí, se había estructurado la máquina del ocultamiento del horror, y hasta oíamos términos de justificación de la masacre, lo que daba lugar a leyes de “perdón” al genocidio, mientras justicia mediante, se limpiaban los prontuarios llamados “fojas de servicio”, de los asesinos intelectuales y materiales y sus colaboradores.
Muy bien lo advirtió Videla: “lo peor que nos pasó fue Néstor Kirchner”; sabía que la noche más negra, ahora les tocaba a ellos.
A partir de su presidencia, llegaron muchas cosas, pero hay una que nos merece especial atención; llegó la hora de la Memoria, Verdad y Justicia. Se rompió el entramado de la impunidad, sellado por jueces, políticos, eclesiásticos, grupos económicos y la prensa, por citar algunos.
Después del 25 de Mayo del 2003 nada fue igual; la sociedad pudo abrir sus mentes; no hubo más lugar para genocidas y traidores, solo la cárcel.
Esa lucha, su lucha, por los derechos humanos, nos plantó como ejemplo a seguir en Latinoamérica y el Mundo, resaltado en los principales foros internacionales en la materia.
Pero por lo visto y oído, aún hoy persisten quienes se resisten a éste cambio trascendental en la historia de nuestra Argentina. Y lo peor es que no son simples ciudadanos, ostentan representatividad legislativa otorgada por el voto popular en elecciones libres, algo que nunca hubieren hecho quienes fueron autores y partícipes de la dictadura más cruel vivida por nuestro Pueblo, proceso que, al decir de un Concejal local oficialista (FpV), debe anexarse al historial triunfante de nuestro Intendente a lo largo de 17 años, en los que Ugarte ha permanecido como jefe comunal, y en los que, según él, la sociedad de Rauch no puede haberse equivocado.
Muy triste lo suyo señor concejal; no se puede dudar de los últimos 10 años de democracia que le han permitido al Dr. Ugarte ejercer con toda legitimidad su cargo, pero no podemos permitir que se nos quiera adosar el período nefasto en el que ejerció como comisionado de la dictadura más sangrienta que padecimos los Peronistas y el Pueblo Argentino.

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