Pese al enojo de la gobernadora Vidal, el gobierno nacional avanzó en la formulación del Presupuesto 2019. En él, estará reflejado el ajuste que el FMI le exige a Macri, y que tiene que cumplir a cualquier costo.
El acuerdo implica el traspaso del costo de subsidios a las empresas de energía y agua a los presupuestos de la CABA y Buenos Aires. Para la provincia esto significan 25.000 millones menos para gastar.
De todas formas, las arcas bonaerenses recibirán, el año que viene, 65.000 millones de pesos por el acuerdo con Nación, que dispuso tiempo atrás en compensación por el desaparecido Fondo del Conurbano.
El disgusto de la gobernadora se hizo sentir, porque con la transferencia de costos desde el gobierno nacional a su presupuesto, se le desaparecen los 25.000 millones más que iba a recibir la provincia con respecto a éste 2018, y que serían destinados a la obra pública, que arrancó con mucho ímpetu, pero que se ha visto desacelerada en los últimos meses en los distritos bonaerenses.
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