La conferencia de prensa brindada por el Presidente en la tarde de ayer, nos muestra la verdadera dimensión del poder capitalista.
No llegaron al gobierno para hacer otra cosa que la que hicieron estos tres años y medio; y no están dispuestos a capitular en su intento. La frase de hace algún tiempo "voy a seguir el mismo camino, solo que más rápido", y lo dicho ayer, están en total sintonía con su pensamiento y su razón de ser presidente.
El triunfo preelectoral del domingo por parte de la oposición, vino a poner freno a lo que ellos consideran el camino correcto; y efectivamente, es lo correcto para los intereses que representan.
No se le ganó a una coalición política partidaria; se le ganó a una visión estratégica de país, que elige al mercado financiero como regulador de la vida de los habitantes de cualquier país.Cuando el presidente se refiere "al mundo" en su predica de integración internacional, no está hablando de todos los paises del planeta; está mencionando al "eje político internacional" Washington, Tel Aviv, Londres.
Su política exterior se limitó a endeudar la Argentina con el FMI; a la compra de armas para la represión y FF.AA. a Israel; y a la entrega de la plataforma submarina a la Gran Bretaña. No existen para él otros países en el mundo, como tampoco existen para él, los argentinos industriales nacionales, las pymes que generan el 76% del trabajo nacional; los trabajadores, a los que les dinamitó su salario en dólares, a través de las tarifas de servicios esenciales y los combustibles que transfieren costos a los alimentos.
La transferencia de recursos del pueblo a los sectores más concentrados del poder económico, encontró en el primer mandatario al mejor exponente para que sea la más grande de la historia de éste país.
Por estas horas, se está hablando por lo bajo de una salida del gobierno adelantada; no es la voluntad del poder, es el miedo de algún radical nostálgico que recuerda a De la Rúa y sus peores horas allá por el 2001.
El presidente está queriendo ganar tiempo para resistir en octubre. La oposición no debe perder su eje, y seguir sumando voluntades a su proyecto nacional.
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