Los informes preliminares de organismos nacionales nos hablan que, al final de ésta pandemia del Covis 19, habrá en nuestro país 750.000 nuevos niños en condiciones de pobreza extrema.
Esa situación, agregada a la postergación de sectores que ya se encuentran al márgen de la formalidad laboral, nos abre un desafío que, como gobierno nacional y popular que decimos ser, tendremos que fijar como prioridad nacional. Es decir que, sin descuidar el asistencialismo como paliativo, habrá que pensar en el trabajo como factor de inclusión y ascenso social.
En ese desafío, es un factor fundamental la organización de la capacidad laboral económicamente activa, y ese modelo de organización pasará por el cooperativismo como marco legal inclusivo del 60% de economía informal que ha quedado de manifiesto con la implementación del IFE por estos días.
A partir de allí, empezaremos a recorrer el camino de la Justicia Social, predicada como bandera fundacional de nuestro movimiento.
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