domingo, 3 de agosto de 2014

Militancia y potencia instituyente del pueblo.

Víctor Ego Ducrot (*) / “La evidente recuperación de la militancia y de la acción política en la Argentina y en muchos lugares de Latinoamérica no debiera ser pensada como un retorno de lo reprimido sino como la singularidad de una potencia instituyente, como una fuerza productiva de institucionalidad que se confronta con el que acaso sea el mayor problema de la virtú democrática; a saber, la capacidad de producir duratio en un proceso de transformaciones, que nada sino la acción humana puede sostener en el tiempo. En efecto, todo régimen político esta acechado por la impermanencia, por fuerzas destituyentes (…)". Ese párrafo del capítulo "Realismo y don del militante", del libro Spinoza, filosofía terrena (Diego Tatián; Colihue; Buenos Aires; 2014) es estremecedor por su poder de revelaciones y arroja luz sobre el nudo a destrabar del entramado político argentino: la persistencia en el propio ser del proyecto inaugurado en 2003 por Néstor Kirchner, persistencia que sólo puede ser entendida en cuanto reafirmación de lo realizado y profundización totalizadora en términos de futuro, pues si bien las victorias de los pueblos radican en las luchas mismas, y no en la consecución de los programas que la Ilustración proponía como linealidad idealista del progreso, no es menos cierto que aquellas luchas deben escalonarse en concreciones estratégicas que podrán convertir al peronismo en el modo de pensar a nuestra sociedad, y hacia las nuevas generaciones.
No se agotará en pero sí es necesario plantearlo desde el inminente calendario electoral y no apareció aun otro militante con vuelo de conducción que clave la pica en Flandes con la contundencia que la clavó el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, quien ya se perfila como candidato firme y legítimo a la gobernación de su provincia. "Hay algunos que se van porque piensan en ganar con otras banderas, otros que se quedan para perder; nosotros nos quedamos pero para ganar con nuestras ideas de felicidad para el pueblo, con nuestras ideas que son las de Perón, las de Evita, las de Néstor, las de Cristina", disparó el también decano de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. A principios de esta semana, en un encuentro con algunos periodistas, Mariotto puntualizaba: "yo no juego para perder, juego para ganar, pero no voy a hacer nada por fuera de mis ideas para llegar al objetivo (...); los que sólo quieren ser candidatos son candidatos en cualquier contexto. Argentina genera desafíos todos los días y hay que estar atentos a la construcción, que es lo más importante."
Hacía apenas unas horas que regresaba de Roma, donde conversó a solas con el Papa Francisco y con total afinidad sobre el país, la provincia de Buenos Aires y el mundo –también sobre las agresiones de los fondos buitre–, cuando tomó la decisión de sentarse en un programa de televisión que él mismo calificó delante de su conductor, el periodista Luis Majul, de hostil al oficialismo y más dedicado a las "operaciones políticas" que a cumplir con el rol profesional de los medios de comunicación. El mensaje de Mariotto fue claro: sólo desde una concepción de la militancia política como "debate de ideas" se puede defender lo hecho por Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y seguir avanzando.
El licenciado en filosofía, docente y escritor Fernando Tranfo, amigo de Mariotto y por él infinidad de veces citado, escribió un texto por demás interesante sobre la presencia de este en el programa La Cornisa. En el debate frente a un pelotón de fusilamiento, su autor afirma: "en el noveno verso del Canto Tercero de su Divina Comedia, transcribe Dante Alighieri la ominosa leyenda que preside la entrada misma del Infierno: Lasciate ogni speranza, voi ch'intrate, (Abandona toda esperanza al entrar). En tiempos profanos, de infiernos en miniatura, no es ilícito esbozar analogías menores para ilustrar este abandono. Además tenemos de nuestro lado la admonición de Sartre, 'El infierno son los otros', así que disponemos de infiernitos como para hacer dulce. Podemos pues abandonar la esperanza ante tantas situaciones: ante un partido definitorio con Alemania, ante la posibilidad de que una aventura con alguna mujer no nos traiga complicaciones, ante la confianza en que un medicamento cumpla con los efectos terapéuticos y no con los colaterales. Y, especialmente (y de eso se trata esta nota) ante la esperanza de que un programa político-periodístico no desemboque inexorablemente en un desfile de lugares comunes, falacias, descalificaciones y otros vicios de la lógica, especialmente cuando se invita a un político a debatir frente a un pelotón de fusilamiento comunicacional alguna idea que, en una de esas, tenga para aportar (…). En el programa de Majul, sin embargo, ha ocurrido un milagro. Sentado en un sillón, solo, ideológica, simbólica y físicamente, estaba Gabriel Mariotto. Como a cinco metros, en otra dimensión, estaban los periodistas del programa. Al principio esta lejanía casi obscena me pareció un mal presagio, hasta había periodistas que le daban la espalda a Mariotto, como si el posible encono que puede generar la disputa de ideas hubiese sido desalojado por una especie de vaga indiferencia. Pero me equivoqué, porque esa escenografía paradojal estaba puesta al servicio del milagro impensado: que en un programa periodístico, un político pudiese, no solamente explicar algunas de sus ideas y convicciones, sino que a partir de ellas denunciara las condiciones de posibilidad de cualquier debate político que aspire a ser mínimamente serio. Algunos elementos se confabulan para que la visita de Mariotto a un programa de periodismo político sea un hecho que en general da para cualquier cosa, menos para la indiferencia: Mariotto es un político y un periodista de raza; hay en su ADN tanto de militante como de tipo que sabe cuánto de esa militancia se dirime en la arena de la comunicación."
Son contextos, tan sólo los contextos de una candidatura anunciada; y quizá sirva, para finalizar, la cita de algunos dichos del especialista en comportamientos electorales Roberto Bacman, del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) a la agencia de noticias AgePeBA, sobre la provincia de Buenos Aires y acerca del país. Respecto del primer enfoque dijo: "Mariotto es uno de los que puede llegar a ser protagonista de las próximas elecciones"; y para referirse a las proyecciones del oficialismo sobre el escenario nacional puntualizó: "Lo que se viene es una inexorable nueva etapa y habrá que ver quién la representa mejor."
Esto recién comienza pero como alguien por acá señaló: No voy a hacer nada por fuera de mis ideas para llegar al objetivo.
(*) Texto publicado por el diario Tiempo Argentino.

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