sábado, 17 de septiembre de 2011

A 56 AÑOS DEL GOLPE

GOLPE AL CORAZON…
El 16 de Septiembre de 1955, con el golpe a Perón,  se iniciaba el  proceso de hambre y robo de identidad al pueblo argentino, que perduraría en el tiempo, y desembocaría en la crisis política e institucional del año 2001.
Salvo el período democrático de 1973 a 1976, tercer mandato del General Perón, y los primeros tramos del gobierno de Alfonsín, todos los gobiernos tuvieron un denominador común: la entrega del patrimonio nacional y el sobreendeudamiento externo, que confiscaría el esfuerzo del pueblo trabajador, a la vez que se instauraba una penetración cultural que hacía que lo nacional fuera relegado a la categoría de “mierda sudaca”.
Al año siguiente del golpe, del cual se cumplieron en estos días 56 años, se cometieron los fusilamientos o crímenes de José León Suarez, y más tarde se firmó el acuerdo con el FMI, el mismo con el que rompió Néstor Kirchner, por el que pasábamos a ser socios y rehenes del más recalcitrante capitalismo, y  comenzaban la destrucción del esquema industrial nacional, la cultura del trabajo, la educación de los jóvenes, la felicidad de los niños, etc. que el Peronismo había consagrado  como derechos de todos los argentinos a partir de 1946.
Hoy, desde Néstor y Cristina, estamos revisando el pasado, y podremos sentar a Cavallo en el banquillo por el que tendrían que pasar muchos más, que endeudaron al Pueblo haciéndoselo pagar con hambre, miseria, analfabetismo, persecuciones y muerte.
Como dijo la Presidenta: “No lo hacemos con ánimo de ninguna revancha”. Si lo debemos hacer como un ejercicio diario, para no olvidarnos de los responsables de la Argentina que los Peronistas, otra vez, nos tuvimos que hacer cargo; de lo que hicieron los que decían ser nuestros… y de los que hicieron los demás, enemigos del Pueblo.
No escribo esto para decírselo a los Compañeros, que ya conocen nuestra historia. Lo hago para recordar que aquel Golpe del 55, que parece tan lejano, fue nada más ni nada menos, que un golpe al corazón del ser nacional y popular de nuestro Pueblo y de nuestro Movimiento. No nos olvidemos nunca de ello; así podremos escribir el futuro con otras palabras.

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